El pasado viernes 8 de mayo de 2020, la Corte Suprema de Canadá publicó su fallo en el caso “9354-9186 Québec inc. v. Callidus Capital Corp., 2020 SCC 10”, abriendo la puerta a la utilización de fuentes alternativas de financiación de litigios en el marco de un procedimiento de insolvencia en Canadá.
La controversia se enmarca en el procedimiento de insolvencia de la compañía Bluberi Gaming Technologies Inc. (“Bluberi“) y el intento de esta última de obtener financiación de un tercero para interponer una demanda por importe aproximado de 200M$ contra su acreedor privilegiado, Callidus Capital Corporation (“Callidus“).
La Corte Suprema, entre otros aspectos, centra su análisis en dilucidar si la compañía insolvente, cuyo único activo era una reclamación contra Callidus, debía obtener previamente la aprobación de sus acreedores para llevar a cabo la operación de financiación del litigio en el marco de la legislación canadiense. A efectos aclaratorios, dicho acuerdo de financiación había sido aprobado previamente por el juez encargado de la supervisión del concurso.
La decisión, dictada por unanimidad de los miembros de la Corte Suprema, anula el fallo dictado por la Corte de Apelación de Quebec – órgano inmediatamente inferior – (“Quebec Court of Appeal”) y confirma la decisión de la instancia anterior a esta última, la Corte Superior de Quebec (“Quebec Superior Court”).
Tras un análisis pormenorizado de las diferentes cuestiones que se plantean en el recurso, el tribunal confirma que es posible llevar a cabo la operación de financiación del litigio sin necesidad de contar con el beneplácito de los acreedores, reforzando la discrecionalidad del juez del concurso para aprobar este tipo de acuerdos siempre y cuando estén justificados y no menoscaben la posición de los acreedores en el procedimiento de insolvencia.
En lo que a la financiación de litigios respecta, el tribunal analiza a lo largo de su exposición la evolución del fenómeno de la financiación de litigios en Australia para acabar fallando a favor del uso de este tipo de instrumentos en procedimientos de insolvencia, donde el pleito, en caso de éxito, puede convertirse en una “mina de oro” (“pot of gold”) para la compañía insolvente y, por consiguiente, para sus acreedores.
La decisión de la Corte Suprema de Canadá a favor del uso de la financiación de litigios en procedimientos de insolvencia sigue la línea ya consolidada por la jurisprudencia canadiense en otros ámbitos, como en las conocidas acciones de clase o “class actions” donde esta práctica, se ha venido utilizando de forma recurrente durante los últimos años.
Desde PLA compartimos la conclusión a la que llega la Corte Suprema de Canadá. La financiación de litigios es un instrumento muy útil para empresas en concurso de acreedores o con dificultades financieras, ya que ayuda a monetizar activos litigiosos bloqueados en los balances y permite la interposición de demandas complejas y costosas de la mano de los mejores profesionales, con altas posibilidades de éxito, sin comprometer el capital de la compañía y en claro beneficio para los acreedores.
Silvia Ochoa Pérez
Legal Senior Analyst